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Son la asamblea de Dios. Todos miran hacia un mismo altar; todos son miembros de un mismo Cuerpo Bonifacio VIII escribía en la bula «Unarn Sanctarri» (año 1303) que la Iglesia «forma el único Cuerpo Místico, cuya cabeza es Cri~to». El Concilio de Trento enseña que «Cristo Jesús mismo comunica in– cesantemente su virtud a los justificados, como la cabeza a los miembros». Pío XII en su encíclica «Mystici Corporis» y el Concilio Vaticano II en la constitución «De Ecclesia» recogen toda la enseñanza de fa Tra– dición, que podemos resumir en estos puntos: A.-CRISTO ES CABEZA DE LA IGLESIA: 128 1) Tiene semejanza de naturaleza, por ser también hombre como nosotros. · · 2) Como la cabeza es la parte superior del cuerpo, lo mismo Cris– to es el superior entre todos los hombres. 3) Como la cabeza dirige al cuerpo, Cristo dirige la sociedad por El fundada, siendo el Papa el Vicario visible de Cristo. 4) Su plenitud de gracia y de verdad se derrama sobre nosotros. 5) Causa la santidad y la vida como el tronco da vida a las ramas. 6) Por medio de gracias especiales la conserva y hace desarrollarse.

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