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·s....... DIOS DA A TODOS LA GRACIA E'J ínfierri6 no es un destino final para nadie. Pues Dios da a todos la gracia actual precisa para disponerse a re– cibir la grada santificante y perseverar en ella. Dice San Pablo que. Dios «quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad» (1 Tm 2, 4}; Y San Pedro escribe: El Señor «pacientemente os aguar– da; no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan a penitencia» (2 P 3, 9). La Iglesia condenó repetidamente a los que afirmaban la existencia 'de una ·predestinación divina al infierno o que hay mandamientos im- posibles de guardar. · . . . , , -Pero la gracia de Dios hay que pedirla con la oración. Ad- vierte San Agustín: «Dios no manda cosas imposibles, sino .. que. al mandar, aconseja que hagas lo que puedas y pidas lo que no puedas.» Por consiguiente Dios: - a los que están en pecado, les da la gracia para que se muevan a la -.. .: .-conversión; - a los que están en su gracia, les auxilia para que perseveren en ella. 6.:..::::.PREPJ\R.ACION DEL HOMBRE A LA JUSTIFICACION ' ' . . . San Pablo di,ce que Dios no justifica a los hombres por las obras de la Ley, sino que «so_n justificados gratuitamente por su gracia, por la tedénéió:ii de Cristoc"Jesús» (Rm 3, 20-25). · · Los protestantes sacaron en consecuencia que las ·obras del pecador no contribuirían para nada· a su justificación. · Lo que dice San Pablo es que las obras hechas en el espí– ritu de la Ley antigua, es <.iecir, prescindiendo de_ Jesucristo, son inútiles. Pero esto no excluye la afirmación de su dis- .· :.;., •··• ::, ctirSCi ante el rey Agnpa: «Anuncié la penitencia y la conver- sión a Dios por obras dignas de peniten9ia» (Hech 26, 20). Las obras del pecador disponen a recibir· la- gracia santificante en virtud de la gracia actual que las convierte en sobrenaturales. Cristo no sólo nos da la justüicación, sino el poder · de colaborar con nuestros actos '.a :adquirirla.· El Concilio de Trento condenó el error de los protestantes y afirmó que el hombre.. puede prepararse a la justificación mediante la fe, y otros actos de virtud como el temor, fa esperanza; etc. . 7 ,-::-EL M~RITO SOBRENATURAL El hombre justificado merece la. recompensa sobrenatural de Dios por las obras buenas que realiza. Se llama mérito a <1un ·derecho a recibir de Dios la recompensa co- rrespondiente a la obra realizada». · 123
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