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vive, muere y resucita demostrando que es el Señor de la vida y de la muerte. Todos los milagros por .El realizados exceden a las fuerzas na– turales y no pueden atribuirse sino a una fuerza divina. De este modo, es Dios mismo quien asegura -la verdad de la religión cristiana. 4) Las demás religiones, aunque suelen tener muchas cosas buenas conformes con el bien natural, son religiones falsas por no enseñar cuál es el destino verdadero del hombre, que es llegar a Dios por Cris– to. Muchas de ellas contienen errores acerca de Dios y de la moral, y cuanto tienen de bueno, se halla en .el cristianismo en mayor medida. 5.-IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LA RELIGION La importancia de un ¡:;onocimiento se mide ordinariamente por las aplicaciones prácticas que se pueden hacer del mismo. El estudio de una cosa que no va a valer para nada, carece de importancia. El· conocimiento de las verdades religiosas tiene la máxima aplica– ción práctica, por servir para orientar la postura humana frente a Dios, que es nuestro fin supremo. Por eso el estudio de la religión tiene la ·. máxima importaricfa. Mientras las otras asignaturas preparan para un oficio que hace al hombre útil para la sociedad terrena, el estudio de la religión se dirige a hacernos útiles a los demás en la sociedad sobrenatural-en el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia-y a asegurarnos el porvenir eterno, que es lo definitivo. Cuando se está únicamente preocupado por el bienestar material, sin atender a la natural preocupación :que en el fondo todos llevamos frente a lo eterno, entonces el estudio de la religión no tiene sentido y puede causar aburrimiento. Pero basta con mirar serenamente al interior de nosotros mismos para descubrir una serie de inquietudes espirituales, que dan interés y ambiente al estudio de la religión. LECTURA EN BUSCA DE LA LUZ Rodolfo M.ª Hynek, médico checoeslovaco y uno de los principales científicos que han examinado la Sábana Santa de Turín, al relatar el proceso de su conver– sión al catolicismo, dice entre otras cosas: «Cuando el ojo humano se ha acostumbrado a la obscuridad completa, no es capaz inmediatamente de soportar la luz del sol. Del mismo modo, el ojo de mi alma ha debido pasar todos los estadios ·del crepúsculo, de la media luz y de la luz para llegar a los esplendores de la fe y de la Iglesia. 10
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