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Jesús se hace vida nuestra de modo especial en su muerte. Igualmen– te María soporta por nosotros junto a la Cruz el dolor de ser Madre del Redentor y Madre del Cuerpo Místico. Cuando Jesús, moribundo ya, le dice a Juan señalando a María: «Ahí tienes a tu Madre» (Jn 19, 27), podemos vernos todos representa– dos en Juan. María es nuestra Madre: hermosa y tierna verdad del Cristianismo. LECTURA EL CULTO A LA VIRGEN SANTISIMA SEGUN EL CONCILIO VATICANO II María, por la gracia de Dios después de su Hijo, fue exaltada por sobre todos los ángeles y los hombres, en cuanto que es la Santísima Madre de. Dios, que intervino en los misterios de Cristo, con razón es honrada con especial culto pot la Iglesia. El Sacrosanto Sínodo enseña en particular y exhórta al mismo tiempo a todos los hijos de la Iglesia a que cultiven gene!"osamente el culto, sobre todo litúrgico, hacia la Bienaventurada Virgen, como también estimen mucho las prácticas y ejer– cicios de piedad hacia ella, recomendados en el curso de los siglos por el Magiste– rio y que observen religiosamente aquellas cosas que en los tiempos pasados fue– ron decretadas acerca del culto de las imágenes de Cristo, de la Bienaventurada Virgen y de los Santos. Asimismo exhorta encarecidamente a los teólogos y predi~ cadores de la divina palabra que se abstengan con cuidado tanto de toda falsa ex,l– geración como también de una excesiva estrechez del espíritu, al considerar la sin– gular dignidad de la Madre de Dios. Cultivando el estudio de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y doctores y de las Liturgias de la Iglesia, bajo la dirección del Magisterio, ilustren rect.:>mente los dones y privilegios de la Bienaventurada Virgen, que siempre están referidos a Cristo, origen de toda verdad, santidad y ph!dad. Con diligencia aparten todo aquello que sea de palabra, sea de obra, pueda inducir a error a los hermanos separados o cualesquiera otros acerca de la verda– dera doctrina de la Iglesia. Recuerden, pues, los fieles que la verdadera devoción no consiste ni en un afecto estéril y transitorio, ni en yana credulidad, sino que procede de la fe verdadera, por la que somos conducidos a conocer la excelencia de la Madre de Dios y somos excitados a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes. (Cene. Vaticano II, Constitución dogmática sobre la Iglesia). r 1 t 1 1!1111111111111 @JERCICIOS 1. ¿Cuál es la raíz de todos ]os priv]egios de María? 2. ¿Qué recomienda el Conc. Vaticano II sobre la devoción la Virgen? - - 1!!!!11111!!111 - - 111511111111111 - - - 7 1 a 1 1 - 111
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