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Pos pasajes de la Sagrada Escritura son el fundamento de nuestro conocimiento de esta verdad: - La sentencia de Dios contra el diablo después del pecado de nuestros primeros padres: «Pongo perpetua enemistad entre ti y la mú.jer y entre tu Una.je y el suyo; éste te aplastará la cabeza: .. » (Gn 3, 15). Aquí se anuncia la victoria de Cristo sobre el diablo, di– ciendo que la mujer de quien nazca tendrá perpetua enemis– tad con el demonio. · María, por tanto, no podría estar ni un instante en amistad con el diablo; no pudo tener nunca pe– cado. -;-- El. saludo del ángel que anunció a María la Encarnación: · ' «Dio.s te salve, llena de gracia, el Señor es contigo» (Le 1, 28). María, según dice el ángel, posee ·una plenitud de gracia y vida sobrenatural que la dispone para ser digna Madre de Dios. Esta plenitud de gracia no hubiera sido total si en algún momento d~ su existencia hubiera sido esclava del pe– cado original. Los Santos Padres y el pueblo cristiano siempre vieron en María a la predilecta de Dios y pensaron de ella todo lo puro y santo. San Efrén (t 373) dice en unos versos dirigidos al Señor: «Realmente, sólo tú y tu Madre estáis llenos de hermosu– ra sin mengua. Pues en ti, Señor, no hay mancha ninguna, ni tampoco en tu Madre.» Algunos teólogos de la Edad Media se encontraron con la dificultad de que, siendo los méritos de Cristo redención del pecado, parece que la Virgen hubo de tener el pecado siquiera un instante para que se pudiera decir redimida por Cristo. Duns Escoto solucionó magistralmen– te la dificultad: María fue redimida por Cristo del modo más perfecto. Mientras que los demás hombres somos librados del pecado original después de contraerlo, María fue preservada del mismo. Por su influencia decisiva en esclarecer esta verdad Juan Duns Es– coto ha ·recibido el apelativo de Doctor Mariano y teólo¡o de la In• maculada. 4.-VIRGINIDAD DE MARIA La fe dé 1a Iglesia en la virginidad de María se expresa en el Simbo-– lo: «Creo en Jesucristo... que fue concebido por obra y gracia del Espí– ritu Santo y nació de Santa María Virgen». 107