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PROLOGO Jesucristo, para continuar su obra redentora a traués del espacio y del tiempo, eligió a los Apóstoles después de larga oración. "Aconteció-dice San Lucas--por aque– llos días que salió Él hacia la montaií.a para orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando llegó el día llamó a los discípulos y escogió a cloce de ellos, a quienes clió el nombre de Apóstoles" (Luc., VI, 12-13). El Divino l.lf aestro les instruyó y preparó durante su vicla mortal. Des¡més de la Ascensión les comunicó sus poderes y les impuso el precepto de predicar el Evan– gelio por todo el mundo. El Espíritu Santo descendió sobre ellos el día ele Pentecostés y les transformó. Lw'uo empe:::aron a cumplir el mandato del Redentor. Hoy, como entonces, Jesús también escoge apóstoles o misioneros que continúen su obra y lleven la verdad a los que viven en el error y la vida a los que están muer– tos a la gracia. A todos los llamados y escogidos por Dios para la conquista ele s11 reino podemos dividir en dos grupos: retaguardia y vanguardia. En el primero se considera el reclutamiento, la instrucción, la preparación del solda– do de Cristo; en el segundo, la actuación o realización de la conquista. Para el primer grupo o frente escribimos esta obrita: SEGUlDl\IE.-VocAcIO:s:Es l\IISIONEHAS. En ella tratamos ele

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