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SEGUIDME.-VOCACIONES MISIONERAS 85 -------- ----------- otros sacramentos. La parroquia es la célula primaria de la Iglesia. La autoridad moral del párroco sobre los niños y jóvenes es muy considerable. Entre los muchos deberes del párroco uno es cuidar de las vocaciones religiosas, eclesiásticas y misioneras. Ya hemos visto la necesidad urgente, los gritos desgarra– dores de los misioneros, las súplicas apremiantes de los Papas para enviar más operarios a los campos del Señor. La mies está madura y no hay quien la siegue. El párro– co debe aprovechar todas las ocasiones que se le presen– ten para promover las vocaciones misioneras; por ejem– plo: e1 paso de un misionero por la parroquia, la cele– bración del día por las vocaciones misioneras, el Do– m und, las despedidas de misioneros, etc. Dchen suscitar, cultivar, orientar, según las condi– ciones de cada joven, dando consejos oportunos, instru– yéndoles en la piedad, separándoles de los peligros, ha– ciéndoles frecuentar los sacramentos. Dice el canon 1.353: "Los sacerdotes, especialmente párrocos, deben poner particular empeño en apartar a los niños que den seña– les de tener vocación eclesiástica de los contagios del siglo, informándoles en la piedad, instruyéndoles en los primeros estudios literarios, fomentando en ellos el ger– men de la vocación divina". Todo esto es aplicable tam– bién a las vocaciones religiosas y misioneras de ambos sexos. Es necesario organizar días especiales de las vo– caciones misioneras con horas de adoración y sermones apropiados; y esto, cada año, en todas las parroquias, en los Colegios, en las Casas de formación de la j uven– tud, en los Seminarios. En España se celebra la Jornada de vocaciones misioneras el día 3 de diciembre, fes-

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