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84 DI\, P. PÍO M.ª DE M0:1-.l)REGAN'IlS, O, F. M. CAP. ·-·· ···---····· ----------- ~"~----~----------- -----~-- --- donada. Como si Jesucristo hubiera muerto sólo por sus conterráneos. Los chinos, los indios, los africanos, los japoneses, etc., ¿no tienen derecho a los frutos de la redención? ¿No tienen un alma inmortal que salvar como la tuya? ¿No pueden y deben ser miembros del Cuerpo Místico, que es la Iglesia, lo mismo que tú lo eres por el bautismo? Con ideales muy restringidos y con miedos pueriles se cerraban las puertas de algunos Seminarios a los misioneros o a los propagandistas de las misiones. Los tres Sumos Pontífices han exhortado a los Obispos a que no teman perder algunas de esas personas religiosas o celesiústicas-•si ptrdida se puede llamar-·-para las 1nisiones. Al contrario, deben suscitar, cultivar con esmero esas inclinaciones que observen en los seminaristas para que Dios aumente las vocaciones en las mismas diócesis. Cuanto los Prelados más alum– nos den para lns misionc~s mús vocaciones recibirán para la diócesis o provincia. Por uno o dos que den recibi– rán cinco u ocho. Y lo ha demostrado la experiencia. A la diócesis que da cooperación e individuos para las misiones Dios bendice y multiplica las vocaciones. Dad y se os darú ... (6). 5. Las parroquias.-La formación religiosa pertene– ce de un modo especial a los párrocos. Los que tienen cura de ahnas deben dirigirlas bien en la vida. En la parroquia el nifio se bautiza y se hace miembro del Cuerpo Místico. En la parroquia aprende principalmen– te la doctrina cristiana, recibe la primera comunión y (6) Cfr. PERBAL, o. c., púgs. 56-82. J. G01mmu, Cómo fomentar, orientar ¡¡ dirigir las uoc11cin11es misionera:;, u qué es¡,eran ¡¡ piden los párrocos, confesoNs, capellanes u superious de los Colegios !I Seminarios. Experiencfos u cnclll'Slas, en Misiones Extranjeras. Bur– gos, enero-junio 1956, págs. 57 y sigs.

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