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SEGUIDME.-VOCACIONES MISIONERAS 79 rigos, o sacerdotes, que parezcan llamados por Dios a este excelentísimo apostolado, secundad con vuestra benevolencia y vuestra autoridad sus planes e inclina– ciones sin poner género alguno de obstáculos... ; no os desanime ni la escasez del clero, por grande que sea, ni la necesidad de la diócesis; ni os retenga esto de <lar vuestro consentimiento, puesto que vuestros dioce– sanos, teniendo a las manos, por decirlo así, los me– dios de salvación, distan mucho menos de ésta que los paganos, sobre todo los que aún viven en barbarie y ferocidad. Si se os presenta ocasión de esto, por amor <le Dios y de las almas, permitid generosamente esta pequeña merma en el clero, si es que puede llamarse merma; porque al que habéis perdido como ayudador y compañero de vuestros trabajos el Divino Fundador de la Iglesia os lo suplirá, sin duda, o con más abun– dancia de gracia sobre la diócesis, o con excitar nue– vas vocaciones para el sagrado ministerio" (~)). Es, pues, un deber de todos, pero muy especial de Prelados, Superiores, sacerdotes, confesores, directores, rectores, maestros y de todos los que tengan que inter– venir en la educación de los jóvenes, fomentar, incul– car y cultivar en sus subordinados las vocaciones mi– sioneras, tan necesarias para la salvación del mun– do (10). Todo el gentilismo extiende sus manos supli– cantes hacia nosotros para que corramos a salvarle. (9) Rerum Ecclesiae, Syl/oge, núm. 120, pág. 246. (JO) V. ANGEL SAGARMÍNAGA, Cultivo de la vocación mzszonera, en Misiones ,Extranjeras. Burgos, enero-junio 1956, págs. 29-32. A. ,AÑovEnos, Los Superiores, directores espirituales y confesores, y el foment,o de las vocaciones misionel'as en los Seminarios Diocesa– nos, en Misiones Extl'anjeras. Burgos, julio-diciembre 1956, pági– nas 166-171. 6

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