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62 DR. P. PÍO M,ª DE MO:NUREGANES, O. F, M. C.\P, años (2). Estas son misiones populares internas para los fieles. También deben cuidar de atraer a los acatólicos, si existen en su diócesis o parroquias (3). 2. Misiones e1.:tranjeras. Aquí no tratamos de las misiones mencionadas, sino de las misiones extranjeras, que tienen por objeto pre– dicar la fe y extender la Iglesia en las regiones del mun– do donde no está todavía perfectamente consolidada. Pueden ser entre paganos, mahometanos, judíos, he– rejes y cismáticos. El Código dice que estas misiones se reservan a la Santa Sede. "En otros territorios se reserva exclusivamente a la Sede Apostólica todo el cuidado de las misiones entre los acatólicos" (4). Tratando de la jurisdicción de la S. C. de Propaganda Fide, añade: "Su jurisdicción está circunscrita a las regiones en don– de, no habiéndose todavía constituído la sagrada jerar– quía, subsiste aün el estado de misión. También estún sujetas a esta Congregación las regiones en las cuales, aunque esté organizada la jerarquía, lo está sólo de ma– nera incipiente" (5). Así se llaman misiones extranjeras del Japón, de la China, de la India, etc. 3. Evolución del término. Hasta el siglo XVI las expresiones mús comunes para designar lo que hoy entendemos por misión extranjera (2) Can. Ul4H. (:l) Can. 1.5:l0. (4) Can. 1.:l50. (5) Can. 252, § 2.

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