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SEGUID.ME .-VOCACIONES MISIONERAS 49 consejo decisivo, implorar la luz del Espíritu Santo, me– ditar, reflexionar, ponderar las razones y luego emitir su juicio. El director debe apoyarse en el Maestro divi– no, en el Supremo Director de las almas, que es el Espí– ritu Santo; juzgar según los principios sobrenaturales, las máximas del Evangelio, sin dejarse dominar por res– petos humanos o por miras temporales. El dirigido, por su parte, debe rogar para que Dios ilumine a su consejero. El dirigido ofrece al director o confesor la oración, el sacrificio, la docilidad, el aban– dono, la confianza, la gratitud. El director ofrece al diri– gido el consejo, la guía, la ayuda, la seguridad, el amor sobrenatural. El director nunca debe impedir que en cosas de tras– cendencia para el porvenir, como es la elección de es– tado, la determinación de una vocación, se pueda con– sultar también a otras personas doctas y prudentes; sin caer en el exceso contrario de no aceptar ningún consejo o de adquirir una certeza absoluta y metafísica en asun– tos de los cuales se puede conseguir ordinariamente sólo una certeza moral. Dice San Francisco de Sales: "Para saber si Dios llama al estado religioso no es necesario esperar que Dios mismo hable o envíe un ángel del cielo a signifi– carle su voluntad" 0). No hay que dejm·se llevar de las apariencias, de las impresiones del momento, de fervores transitorios, de emociones sensibles; considerar con criterio sobrenatu– ral y con principios seguros lo que rnús conviene delante (.!) Traten. Espir., 17.

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