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148 DR. P. PÍO M.ª DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. Por esto los candidatos destinados a territorios de misiones, donde no estú desarrollada la Medicina y don– de no hay médicos, es necesario que estudien siquiera algunos elementos más principales para los casos de ur– gencia y para enfermedades tropicales. El sacerdote, sin faltar a las disposiciones de la Iglesia, podrá intervenir eficazmente en muchos casos. El estudio de la Medicina es mús necesario a las reli– giosas, enfermeras, hermanos legos, seglares que, care– ciendo de la dignidad y carácter sacerdotal, pueden más libremente ejercer la l\Iedieina, hacer de practicantes, enfermeras, dirigir hospitales, orfanotrofios, ambulato– rios, etc. Todas esas obras de beneficencia contribuyen pode– rosamente al bien de los misioneros, ele los misionados y ele la Iglesia misionera. El Papa Pío XII aconseja a los misioneros que se ins– truyan en la Medicina (10). Los misioneros de ambos sexos que quieran un día llevar los auxilios eficaces y la asistencia sanitaria a los enfermos es necesario que, antes de partir para las misiones, adt1uieran la prepara– ción técnica y cultural que hoy se requiere en este cam– po. Es evidente que en la formación del misionero la Medicina tiene una importancia no despreciable. A tra– vés ele la cura del cuerpo se puede pasar mús fácilmente a la del alma (11). 2. Artes y Oficios.-Los misioneros están destinados directamente para extender el reino espiritual de Cristo y llevar la salud a las almas redimidas con su sangre. (10) Cfr. Evangelii Praecones, 1111S. (11) GroYANNI PÉ!mz, La Medicina ne/le J!issioni, en E11ntes Dn– cete, 1952, fase. I-II, págs. 82 y sigs.
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