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SEGUIDME.-VOCACIONES MISIONERAS 143 con toda clase de personas; tener autoridad moral sobre el pueblo. Penetrando bien la lengua penetrará también mejor la psicología y la mentalidad de las gentes; las tradicio– nes, las creencias, las costumbres. Podrá también expre– sar mejor las verdades de la religión católica en un len– guaje exacto y asequible a los habitantes del país. Es necesario un estudio metódico, teórico, práctico y profundo de la lengua indígena donde se cj erce el mi– nisterio apostólico. En1pezar en seguida este estudio an– tes y después de ir a la misión y perfeccionarlo conti– nuamente. Escritores, niisionólogos y misioneros han recomendado el estudio de las lenguas convencidos que sin él no se darán pasos adelante en la evangeliza– ción (4). Para una cultura más amplia y de mayor prestigio será útil el conocer las lenguas modernas habladas más conocidas, corno el español, el francés, el inglés y el ale– mán. Con los medios modernos de locomoción y con el comercio y la política mundial servirún de mucha utili– dad a los misioneros. Serán del todo neccsarins, si quiere dedicarse a escribir y estar al corriente de la ciencia y de la cultura. (4) Cfr. Manita ad m1ssw1wrios, pág. 27, Roma, 185.:l; RoELBNS, Instructions a/IX missionw1ires, 2.• ed., púg. 35; BAUDOUINYILLB, 1938; Prinwm Conc. Sinense, núm. 66, Shanghai, 19:l0; G. nrn BnruiA, O. F. i\1. Cap., Die Muttersprache, i\Iiinster in X., 1933; y, en general, todos los Manuales de Misionología inculcan la necesidad del cono– cimiento de las lenguas indígenas. 10

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