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SEGUrnME.-VOCACIONES MISIONERAS 123 dades, que no se juzga idóneo, que no se siente convoca– ción interna ni llamado por Dios; antes bien, siente todo lo contrario. Dice Santo Tomás: "Aquellos a los que Dios elige para algo los prepara y dispone de tal manera que sean verdaderamente idóneos para aquello para lo que son elegidos" (28). Luego la vocación misionera en el sacerdote es una gracia especial, un llamamiento divino, una invitación que mueve la voluntad. Además, para la vocación 1nisio– nera integral se requiere una elección canónica o envío oficial de la autoridad competente, que escoge al sujeto idóneo revestido de todas las cualidades necesarias para ejercitar el apostolado especial que la Iglesia le con– fía (29). (28) S. Tn., p. III, q. 27, a. 4. (2B) LAGt.:ARIHA concluye su acertado y documentado artículo con estas palabras, que hac~mos nuestras: "Diremos que la vocación mi– sionera integrnl s,upone: l.º, una vocación canónica y oficial externa, que es el llamamiento de la jerarquía por sí misma O por sus de– legados; 2. 0 , rectitud de intención e idoneidad, como ·señal necesaria y segura de la vocación ele Dios, que debe J)receller a la oficial ele la jerarquía; :l.º, una vocación interna o llamamiento intimo ele Dios al apostolado misionero; 4. 0 , no requiere en el individuo llamamien– tos, solicitaciones o inspiraciones del Espíritu Santo hacia el apos– tolad;o mi.sionero, por no constituir esto necesariamente la vocación misionera ni condición indispensable para la misma; 5.º, puede ir acompañada, y frecuentemente es así, de esas mociones e impulsos del Espíritu Santo y de voces secretas divinas, que producen en el alma la convicción de que es Dios q,uien le llama al apostolado mi– sionero, y así le invita a 1,eguir esa vocación" (Cfr. l. c., pág. 46).
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