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CAPÍTULO IX ¿EXISTE OBLIG.4CION MORAL DE SEGUIR L4 VOCACION MISIONER.4? Al hablar de las vocaciones sacerdotal y religiosa he– mos dicho que no son obligatorias bajo pecado; porque son invitaciones ele Dios, no mandatos. Las mismas ra– zones se pueden aducir para las vocaciones misioneras. Son invitaciones de Dios para obras excelentísimas y, por lo mismo, fuera de las comunes y ordinarias, Dios invita y concede las gracias correspondientes; pero, ge– neralmente hablando, no intima bajo precepto. El no corresponder es contra la voluntad de beneplá– cito, pero no contra la voluntad preceptiva. Los que no corresponden al llamamiento serán ingratos, faltos de generosidad, se privarán de los méritos correspondien– tes a esas buenas obras, pero no consta que cometan for– malmente pecado. Quizá, por no seguir los planes de la Divina Provi– dencia, por rechazar sus bondades y sus amorosas invi– taciones, se pongan en peligro de caer en otras faltas que hubieran evitado siguiendo las providenciales inspi– raciones del Espíritu Santo. Aun San Francisco de Asís, en su Regla, concedió libertad a sus frailes para ir o no ir a las misiones.