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ÜÜ DR. P. PÍO M.ª DE M0.!\7)REGANES, O. F. M. CAP. ------ misiones por razón de lucro, para formarse un capital, para enviar dinero a sus familias. Los misioneros no son comerciantes que emigran de la patria para buscar tra– bajo, riquezas, medios de vida material. 2. Motivos polilicos.-Los misioneros no van a con– quistar una patria terrena. La Iglesia les envía para conquistar el reino de Dios. No son espías, explorado– res, colonos ni enviados políticos. La Santa Sede ha exhortado a los misioneros para que no se ocupen en cuestiones políticas. Más adelante se tratará de este asunto. 3. Comodidades.-Se dan regiones en las cuales los misioneros pueden usar de mayores comodidades y li– bertades que en la propia patria o provincia. La vida no es tan regular y tan disciplinada. Las exigencias de la vida apostólica y el nuevo ambiente pueden justifi– car algunas exenciones y dispensas, las cuales no son necesarias en la vida ordenada de las provincias y co– munidades religiosas de países católicos. Estos no son motivos de celo ni <le perfección. 4. Gusto de auenturas.-Hay espíritus aventureros que aman los viajes, la pesca, la caza, las exploracio– nes, la flora y la fauna; desean conocer todos los conti– nentes, las montañas, los ríos, los lagos, los desiertos, los mares, los grandes horizontes, las maravillas del pla– neta en que habitamos. Es muy cierto que el cono– cimiento de esas cosas, ilustra; que la historia de las misiones nos recuerda figuras misioneras que se han distinguido también como geógrafos, naturalistas, ex– ploradores, navegantes, descubridores, etc. Pero todos esos fines son puramente naturales, que no sirven para determinar una vocación divina. Al misionero se le pue-

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