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EL LIBRO DEL MISIONERO.-SU ACTUACIÓN APOSTÓLICA 89 a los Seminarios o Colegios de Homa o de otras naciones. Continúa el Papa Benedicto XV: "Siempre ha insistido la Sede Apostólica en que los Superiores de las misiones den la importancia dehida y se apliquen con preferen– cia a este deber tan principal de sn cargo. Prueha son de esta solicitud los Colegios que ahora, corno en tiern.– pos antiguos, se han levantado siempre en esta ciudad para clérigos de naciones extranjeras, especiahnente de rito oriental" (:1). 4. Otras condicioncs.-No c:abe duda que se deben fomentar las vocaciones y que se debe formar bien al clero indígena en los centros eclesiásticos para que sal– gan dignos sacerdotes y ministros de Cristo. Pero esto no bastaría para constituir la Iglesia. Se requiere que el número de sacerdotes indígenas sea suficiente para la región; que esté distribuído proporcionalmente, o, al menos, que se pueda transferir con facilidad. Así tene– mos en la India algunas regiones corno el l\Ialabar, don– de abundan los sacerdotes; pero hay otras, en el Norte, donde hay muy pocas vocaciones. Adcmús del núm.ero, cualídades, formación, es necesaria la estabilidad. Quie– ro decir que el número de vocaciones no sea una fase rápida y transitoria, sino que en el territorio existan fundadas .esperanzas de continuidad y perseverancia en las vocaciones según las proporciones del incremento de la población, para que la Iglesia indígena se pueda decir estable y permanente. Es muy justo el lamento de Benedicto XV cuando escribe: "Es mús de sentir que, después de tanta insis– tencia por parte de los Pontífices, haya todavía regio- (4) S¡¡lloge, pág. 119.

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