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EL LIBRO DEL MISIONERO.--su ACTUACIÓN APOSTÓLICA 83 pia; en una palabra, cuando no dependa más que de sí misma (1). En este caso, la Iglesia en aquella región habrá llegado a la madurez; podrá continuar su apos– tolado ordinario como las regiones católicas; podrá con– siderarse teológicamente plantada o constituída de ma– nera estable. 7. Hay algún autor que defiende que sólo se llama Iglesia misionera o territorios de misiones los que depe11- den de la S. C. de Propaganda Fide. Eso se podrá sos– tener sólo en un sentido administrativo muy restringido, pero no en el sentido real y teológico, porque existen territorios realmente misioneros dependientes de la S. C. Oriental o de la S. C. de Negocios Eclesiásticos Ex– traordinarios, como los territorios del "Padroado" por– tugués. Además, antes de la existencia de la S. C. de Propaganda Fide, en la Edad Media, existían las misio– nes de la China y otras regiones. En ese caso no se podrían llamar con verdad misioneros San Pablo, San Bonifacio, San Francisco, Montecorvino, ek. Además, existen territorios donde está la Iglesia ya verdaderamente formada y plantada como en Australia, y no obstante, por circunstancias especiales, depende to– davía de la S. C. de Propuganda Fide. Luego es necesurio hablar con exactitud y no confundir las cosas. No pen– semos sólo en el Derecho canónico, sino también en la Teología. (1) Cfr. AA.S., XXV, 1923, pág. 370,
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