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8.2 DR. P. PÍO M.' DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. dotes, personas consagradas al culto divino y a la ad– ministración de los sacramentos y al régimen de la mul– titud creyente. En la Iglesia debe haber cuerpo docente y discente. 3. Clero indígena.-Para constituir una Iglesia au– tóctona en un país o región se necesita el clero indígena de la misma región. Son necesarias las vocaciones sa– cerdotales, la formación de los candidatos en número suficiente, la distribución conveniente en cuanto a los lugares, la idoneidad de los clérigos, la esperanza fun– dada de que perseveren las vocaciones necesarias para continuar la Iglesia en marcha. 4. Jerarquía episcopal.-Para el gobierno de la Igle– sia se necesita la Jerarquía eclesiástica sabiamente dis– tribuida. Son necesarios Obispos y Prelados indígenas para enseñar, dirigir, gobernar, ordenar, etc. 5. Pontífice Supremo.-Sobre todos los Obispos y Prelados está la Cabeza Suprema que es el Papa. La Iglesia es una sociedad monárquico-jerárquica. Jesús concedió el Primado de la Iglesia a San Pedro y a todos sus sucesores. Con una separación completa y habitual del Jefe Supremo no se podría formar una Iglesia au– tóctona, en el sentido que aquí la entendemos. fi. Medios.-Para constituir, en realidad, una Iglesia estable y perseverante se necesitan medios materiales, intelectuales y espirituales. Sin ellos no podrá vivir ni desarrollarse corno conviene. Es necesario que la Iglesia indígena disponga por sí misma y en sí misma los medios necesarios para la vida propia. Entonces puede decirse establecida la Iglesia en una región, cuando ella se rija a sí misma con tem– plos propios, con clero nativo propio, con jerarquía pro-

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