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64 DR. P. PÍO M.ª DE MONDHEGANES, O. F. M. CAP. nografías en general o de alguna tribu en particular, demuestran que la idea de Dios o de un Ser Supremo ejerce mucha influencia entre los primitivos y pigmeos. Dios, o como quiera que se llame, debe ser invocado, se le deben ofrecer sacrificios; admilen una ley moral, ofuscada a veces con las supersticiones; 1n inmortali– dad del alma es interpretada y explicada a su manera. No hay duda que se ha abierto un ancho campo a la investigación y no es fúcil llegar siempre a la pe– netración exacta de las relaciones subjetivas que les unen íntimamente con Dios. La psicología religiosa de estas gentes no es siempre clara, suele ir envuelta con errores y supersticiones; pPro podemos afirmar que la idea de un Ser Supremo no es extraña a esta espiritualidad. 2. Espiritnaliclacl hinduisia.-Entre los hindúes exis– te un ascetismo austero. Las prácticas penitenciarias ejercen un influjo grande en la vida ascética. En India el asceta es muy respetado y generalmente vive a ex– pensas del público, que le da la limosna para participar en sus méritos. Los ascetas mendicantes van de templo en templo. Las formas y manifestaciones ele ascetismo son muchas. Actualmente se calculan unos seis millones. El misticismo hindú tiende a las relaciones más ín– timas con lo divino. Ha ha!1ülo varias formas a través <le los siglos. Actualmente las corrientes hindúes mús importantes están representadas por Devénclra Nath Tagore, Sváni Dayananda Sarasvati (182-1-1883), Ramakrishna, Viveka– nanda, B. G. Tilak y l\I. K. Gandhi. El misionero que desea aproximar al hindú es nece– sario que conozca sn religión, su espiritualidad. Ofrecen