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EL LIBRO DEL MISI(H'EHO.~--su ACTUACION APOST()LICA 6 dador o lcgílimanwnte introducidas en los siglos púste– riores. Es 1wccsario eslahlecer la doctrina católica sobre sólidas bases. •t Cuando se trata de Congresos o Asambleas Inter– nacionales, etc., algunos acusan a la Iglesia Hornana de inlransignllc. La Iglesia ea lólica tiene que conservar el depósito de la HeYelaeión; no puede abdicar de la yer– dad; no debe someterse a componendas y compromisos de orden doctrinal. Puede enviar sus delegados como observadores, pe10 no como miembros igualitarios. La Iglesia tiene d deber de llamarlos a la fe y a la unión. Son hijos que han aharnlonado la casa paterna. El Buen Pa~tor ]os llama al redil con caridad, pero sin abdicar sus dncchos y sus deheres, transmitidos a sus Yicarios en la tierra. La Iglesia católica no es una secta, ·1m par– tido político, ni una reunión parlamentaria, ni una de tantas naciones cidles unidas. Es el reino de Dios uni– versal establecido por Jesucristo para la salvación de lodos los hombres. 5. Es neecsario inculcar que la Iglesia católica no es occidental ni oriental; no es latina, germánica, in– glesa, americana o de otro territorio cualquiera. La So– eiedad establecida por J esucrislo, llamada Iglesia, es universal para todo el mnndo sin distinción de razas, ni de colores, ni de naciones. Es el Cuerpo l\Iíslíco de Cristo. 6. Para unirnos todos los cristianos a ese Cuerpo l\iístico, para vivir en el mismo reino bajo de un misrno .Tefe Supremo, Vicario del mismo Cristo en la tierra, es necesario conocer a la Iglesia, estudiar la Iglesia, vi– vir en conformidad de la única Iglesia, amar a todos los miembros de esa misma Iglesia, tratarnos con la cari-

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