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60 DR. P. PÍO M." DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. obras de l\I. I. Congar, O. P. (D); de G. Constant (10), I. Giordani (11); C. Crivelli, S . .T. (12); de P. I\Ianna (13) y otros muchos. 1. Para el apostolado entre los protestantes lo pri– mero que se necesita es quitar los muchos prejuicios que existen por ambas partes. No agitar odios, violen– cias, sarcasmos, desprecios de mal gusto, que quizá en otros tiempos, con poca discreción y menos caridad, se u;;aron. 2. Es necesario amarse como hermanos en Cristo. Ponerse en contacto para conocerse. Desear con since– ridad y nobleza la verdad, investigarla ohjetivamenie sin pasión y sin miedos. Aceptar con buena voluntad lo cierto, lo verdadero, lo bueno y lo recto, dondeqnicra <1ue se encuenlre. 3. Saber distinguir bien lo esencial de lo accidental; lo divino y lo humano; lo 11istórico de lo fantúsiieo y fabuloso; los abusos humanos eliminablcs de las cos– tumbres cristianas recomendables. La Iglesia católica no niega los errores y abusos de sus miembros. Abre sus archivos a los investigadores. Las reformas disciplina– res, la 1nejora de coslumhres en la vida cristiana pue– den ser necesarias o convenientes; pero eso no justifica la negación <k los dogmas fundamentales ni la separa– ción de las jerarquías establecidas por el mismo fun- (9) Chrétiens désunís. Príncipes d'1m "Oecuménisme" catlwlique. París, 19:n. (10) La Réforme en Analelerre. L' inlroduction de la Réforme. Edozwrd n (l537-15f,:l). París, 1939. (11) Crísí wotestante e Unilii ele/la Cliiese. Brescia, 1939. (12) I proles/anti in Italia ( specialmente neí secolí XIX e XX). 2 vols. Isola del Liri, rn:is. (13) l Fratelli Separali e .\'oí. 2.• ed. Roma-Milán, 1942.

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