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58 DR. P. PÍO l'II.° DE l\IONDREGANES, O. F. J\I. CAP. ritos heterodoxos corresponden también los ritos orien– tales católicos. 3. Centralismo ronwno.-Los disidentes acusan a la Iglesia católka de que quiere centralizarlo y latinizarlo todo. Son equívocos que conviene esclarecer. La Iglesia, como tal, no es occidental, ni italiana, ni romana, ui española; es universal para todos los pueblos y en todas partes. En ninguna región del mundo es extranjera. Si se centraliza en Homa por razón del régimen es porque allí está la Sede de Pedro y de sus sucesores. La Iglesia Homana usa del rito latino, pero, como hemos dicho, no excluye otros ritos orientales u occiden– tales legítimamente introducidos y aprobados. No faltan algunos que no quieren la unión con Homa porque temen perder la libertad, los privilegios. Hoy día esos temores son mús bien fanlústicos. La Santa Sede se muestra respetuosa rnn los usos, costumbres y legí– timas libertades. Hasta ha formado un C6digo especial para las Iglesias orientales. 0 1. Dificultades psicológicas.--Nos parece que hoy no son tanto las dificultades d0ctrinales cuanto las psico– lógicas las que impiden la unión de los Hermanos Se– parados. Con el correr de los siglos se ha ido formando un cúmul0 de ideas falsas, de prejuicios, de pretextos, de incomprensiones que se repiten en las conversaciones priYadas, en la predicaciún, en la prensa y en todo gé– nero de propaganda. Esto forma mentalidades diversas, antagonismos religiosos, odios y recelos que separan y alejan. Es necesario supcnu· esta barrera con la realidad. Iluminar las mentes para conocer la verdad y compren-

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