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;"i(l DH. P. PÍO l\l.' DE l\WNDHEGANES, O. F. ::.L"_C:,_\_P.____ las vicisitudes que han tenido en sus relaciones con los católicos. De todos modos, cualquiera que haya sido el método usado en los tiempos pasados, la Iglesi~ católica prefie– re el método de comprensión, de caridad y de persua– sión, respetando las personas y las creencias. La ohra de caridad y de protección que en los últi– mos años de persecución antisemita ha ejercitado la San– ta Sede con desinterés y benevolencia ha motivado algunas conversiones y suscitado sentimientos de grati– tud y simpatía en los ambientes semitas hacia la Iglesia católica. Un apostolado docto, comprensivo y lleno de cari– dad, ejercitado por misioneros bien formados y prepa– rados, podría causar nn proselitismo rnús numeroso entre los hijos de Israel. La aproximación quitaría mu– chos prejuicios y prepararía los caminos del Señor (8). AHTÍCtJLO 4.º Melado con los Hermanos Separados. No hay más que una Iglesia verdadera: la católica, apostólica y romana. Con el correr de los siglos muchos se han separado del único y verdadero redil evangélico por la herejía o por el cisma. Actuahnente llamamos Uermanos Separados a los dos grandes grupos de cris– tianos: las Iglesias disidentes del Oriente y los protes– tantes. No podemos tratar aquí de las doctrinas y de (8) Cfr. S. PAH,NTI, La Chiesa Missionaria, t. I, págs. 492-501, Homa, 1949.

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