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EL LIBRO DEL MISIONEHO.--Sll .\CTll.\CIÚN APOSTÓLICA 55 la conversión del judío lleva consigo no sólo '·la muerte del mismo individuo para que Yiva con (risto, es d puehlo entero que debe morir con él. Por un misterioso capricho del destino los hebreos constituyen un pueblo que no puede permanecer como tal y ser ei'istiano a la vez. Cristo impuso un ,1ohle sacrificio a su pueblo: no sólo el indiYiduo Adún debe disohcrse en fl, sino tarnbi{·n el grupo, la colectividad" (7). ¿Se convertirá el pueblo ele Israel?--San Pablo da por eicrla esta co11Ycrsión antes del fin del mundo. Dios no excluye a ningún pncblo, ni al mismo que le sacrifi– có. Conversiones individuales se dan, pero son relati– vamente raras y difidks. Una cosa podemos afirmar: que los hebreos, después de las obras de caridad que los católicos, y particularmente la Santa Sede, han obra– do con ellos durante lns últimas persecuciones antise– míticas, miran con gratitud y rcn-rcncia la Iglesia de Cristo. Táctica para aproximar a los hebrcos.-Convienc dis– tinguir en cada caso con qn0 ywrsonas se trata. Hay he– breos doctos, inteligentes, muy tradicionalistas y con– servadores de la T(1rnh. Hay otros ignorantes que apenas conocen las doctrinas hehrcas. Otros que son más bien racionalistas y cnpi!a1íslas, a quienes importan más la vida presente que la futura, si en ella creen. En la historia iueron muy diversos los métodos que se siguieron cn la época primitiva, en la Edad l\Iedia y en tiempo de la Reforma protestante. Predominaba casi siempre el mt:lodo de la violencia, de la hostilidad, de la controversia acalorada. No ('S posible referir aquí (7) Cfr. CARLOS STEH:S, La c!Jlomw di {uo<'C,, pú;;. 198-199, l\Ii: lán, 1954,

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