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DR. P. PÍO '.\I.ª DE MONDREGANES, O. F. M. CA~:__"___ cristianismo a través de las investigaciones científicas, pero permaneció también a las puertas de la Iglesia; se sentía miembro, pero no tuvo coraje para entrar en ella. Adolfo Reinae llegó a la fe en Jesucristo por una serie de fenómenos espirituales y artísticos durante la primera guerra mundial. Ea el libro de John 1\1. Oes– terreicher (5) se examina el itinerario espiritual de estos tres doctos l\Iax Scheler, l\Ia:x Picard y Edith Stcin. El primero, desputs de haber abrazado el catolicismo, se separó de él; el segundo, convC'ncido tamhitn por mucho tiempo del cristianismo, Lardó c11 recibir el bautismo hasta 1n3D, cuando la persecución anliscmítica hacía las primeras víctirnas. Eugenio Zolli, true fu{> rabino de la Sinagoga de Roma, por un continuo y profundo estudio de la Biblia llegó al eom·cncimiento de la divinidad de Cristo. El mismo es– cribe: "Cuando he visto que mi alma rebosaba de cris– tianismo, yo, conservando aún mucha caridad por los sufrimientos de mi pueblo, pensó sPr cosa deshonesta proseguir en el camino que no era el mío. He renun– ciado a todo, he dado gracias a todos y de todo para poder seguir la vida que para mí era la única" (6). Es un fenómeno notable que muchos judíos llegan a ver la verdad del catolicismo, y, ya sea por razones históricas, religiosas o étnicas, les cuesta un gran sa– crificio dar el paso decisivo y entrar en la Iglesia ca– tólica. Las conversiones de los hebreos suelen ser dra– mú tieas, mu) difíciles y lentas. Porque en la conversión de los hebreos hay dificultades individuales, raciales y nacionales. Dice la escritora luterana Ricarda Huch que tfl) 1\'a//s are crumbling. Londres, Hl53. (6) Cfr. E. ZoLLI, Clirislus, p::ig. 158, Homa, Hl46,

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