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EL L!BHO !Jl:L '.IISIO;--;EnO.··~·Sr .\!:n;.\CIÓ:-; APOSTÓLICA 37 mine sn cnlPndimiento al acto de fo y que mueva a la voluntad para imperado..1\Ias el neto último categórico de la creencia, de ordinario, se va preparando lenta y proddencialrnenlc. 1. Moliuos de crcdibiliclarl.-1. A los infie.les scn– eillos, que viven en la ignorancia religiosa y no les es fúdl buscar Ins verdades por sí mismos, les basta la autoridad de los misioneros. Dan asentimiento a las ver– dades ITVC Indas y a los dogmas católicos y enseñanzas de la Iglesia, porque consideran a los misioneros como enviados de Dios, mensajeros de su doctrina, pregone– ros ele la Buena Nueva. No investigan por si mismos; creen en lo que les predican, en las verdades que los operarios evang,~licos les tnmsmiten en nombre de Dios. La razón formal de su fe, en último análisis. es la infa– libilidad de Dios conocida por sus ministros o dele– gados. Para las personas doctas, que pueden inYestigar las n·rdadcs por sí mismas, los motivos o razones de sus creencias pueden ser: a) Los motivos de credibilidad comunes a todos: profecías, milagros, propagación del cristianismo. La Iglesia, con sus notas de aposlolicidad, unidad, catoli– cidad, santidad, estabilidad, dice el Concilio Tridentino que es como una señal elevada en las naciones que in– yita a sí a todos los que todavía no han creído (15). b) La función de la Iglesia en las conversiones no se limita a invitar, sino que también manifiesta con evi– dencia irresistible los motivos por los cuales el bien dis– puesto no puede menos de creer. La Iglesia, con sus no- (15) Qzzo fil u l ipsa signum levatmn in naUones et ad se in– citet qui nondmn crediderunl. Ses. III, c. 3.

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