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EL LIBRO DEL MISIONERO.--su ACTUACIÓN APOSTÓLICA 35 maestros, educadores; por las adversidades de la vida, por enfermedades y peligros de muerte; por las buenas amistades y conversaciones; por otras mil causas que pueden servir de ocasión para que el hombre cambie de ideas y de sentimientos. El Espíritu Santo inspirn donde quiere y corno qniere. :{. Oración y sacrificios.---Para obtener las gracias rihundantes y efieaces del cielo para la conversión de los aeatólicos son necesarias las oraciones públicas y pri– vadas, tanto de los misioneros como de los fieles. Es ncecsario que todos roguemos por la dilatación del rei– no de Dios. Acluenial r1·g1wm lmun (12); qnc Dios sea conocido, glorificado y santificado su nomhrc (1:1); que se apliquen los rnt'-rilos de la redención copiosa a todos los homhn·s; que Dios niande misioneros a su viña; por– qur la mies es mucha y pocos los operarios (1·1). A las oraciones hay que añadir los sacrificios y la pvnitencia. Las tribulaciones, el dolor, la mortificación interior y exterior, las fatigas y priYaciones que impone el apostolado y la vida cristiana contribuirán a hacer mús eficaces nuestras súplicas constantes en favor de los infieles, herejes. irn-rf'.,dulos e indiferentes. Las oraciones y los sacrificios son necesarios tam– bién a los que no creen, para que la gracia ilumine sus inteligencias, a fin de que puedan conocer las verdades reveladas, y mueva sus voluntades para cumplir la ley evangdica. 4. Milaqros.-En la primitiva Iglesia y en el período apostólico Dios intervenía con relativa frecuencia de (12) .Hall., Yl, 10. (U) Matt., VI. 9. (14) Luc., X, 2.
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