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EL LIBRO DEL MISIONERO.~su ACTUACIÓN APOSTÓLICA 33 fer (5), G. Rossi (6), J. A. O'Brien (7), l\L Nedoncelle y H. Girault (8), D. Grasso (D). En estas colecciones se encuentran las relaciones de los mismos convertidos con todas sus dificultades, mo– tivos y vicisitudes por que han pasado. Resultan muy interesantes bajo el aspecto teológico, psicológico e his– tórico. Se puede observar el influjo de las cansas divi– nas y humanas. ARTÍCULO 2.º Causas lfr las conversiones. En las conversiones pueden intervenir varias causas de orden natural y sobrenatural. Son obras de Dios, pero también concurren las causas segundas. El hombre no es sólo pasivo, dehe cooperar tamhié~n libremente a la gracia de1 Señor. 1. Necesidacl ele la grncia.--La gracia actual es de todo punto necesaria para hacer actos de fe sobrenatu– ral. Sin Dios nada se puede. Pío XI, en la Encíclica Re– rum Eccl., escribe: Elaborent quiclem intraducendis ad catlwlicam religioncm etlmicis et cle.mclcnt et vitam pro– fcmclant euangclii praecones; inclustriam, sollertiam ar– tesque omne genus lzwnanas adhibeanl; at vero nihil (5) B. ScHAFER, Ilan oído su uoz; ídem, Sie lwerien seine Stimme, 2 vols. Lucerma, 1949-50. (6) G. Ross1, Hombres que encuentran a Cristo; ídem, Uomini incontro a Cristo, Asís, 1950. (7) J. A. O'BnrnN, The Road to Damasc11s, 2 vols. Londres, 1949-b0. (8) M. NEDONCELLE y R. GrnAULT, Yo encontré al Dios uivo; ídem, J'ai rencontré le Die11 uivant. París, 1952. (9) D. Gn.-1.sso, La litteratzzra de/le conuersioni, en Revista "Doctor Communis", año 1953, núm. III. pág. 193-204.

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