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EL LIBRO DEL l\IISIONERO.---Sll ACTUACIÓN APOSTÓLICA 31 --•-••--••--•------- ----~ - ~-•--•-••-•-••~ •~•-••----•••-w---'-• tiempo en el alma. Con la infusión de la gracia santi– ficante o la caridad desaparece real y completamente el pecado mortal (1). 2. Psicológico.- -La conversi6n se considera en un sentido psicológico cuando se estudian las dificultades que se oponen; la evolución de las potencias: entendi– miento y voluntad; las disposiciones del ánimo y todo el conjunto de fenómenos psicológicos que suelen antece– der, acompañae y seguir a las conversiones, especial– mcnlc a las conversiones de personas doctas educadas en distintas creencias (2). 3. Religioso.-Las conversiones de los hombres se pueden considerar: 1) Cuando éstos carecen de una re– ligión bien determinada, como muchos pueblos primiti– vos. Generalmente son mús fáciles para abrazar la re– ligión católica predicada por los misioneros. 2) Las con– versiones de los que ya tienen una religión determinada, como los 1nusulmanes, los hehr(•os, los hindúes, etc., son mús difíciles. A veces llegan hasta el fanatismo religioso y mueren antes de renegar de sus creencias. ,1) l,d. ia palabra "Conversión" en Die/. d'Arcl1éologi,e Chrélien-– n<' t. IIF; P. C1IAHLBs, S. ,J., Tht'ologie de la conversion. Théorie cullwliq11e et ll1éorie protestante, en Semaine de Missiolog. Les Con– l'Crsions (1\l,lO). Lovaina, l!J:lO, págs. 28 y sigs. (2) Cualquiera que sea la naturaleza de la conversión, incluyé siempre la adhesiún del ¡,ensamiento y de la acción a las verdades c·nseñadas por el catolicismo, a sus dogmas y a su moral; el paso de la incredulidad a la creencia; del cisma a la unidad; de la he– rejía a la plenitud de la fe. El convertido substituye la propia sín– tesis de vida con una síntesis nueva, que es aquella de Cristo que vive en su Iglesia; dirige las propias capacidades afectivas y las elotes intdccl:ualcs de la prnpia personalidad hacia nuevos fines; renun– cia al propio modo de pensar y de obrar para conformarlo con el de Cristo. (Cfr. P. GnAsso, S. J., La prima spinta a/la conversione en Civiltfr Cattolica, l!l5il, t. II, pág. 160.) 3