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lSO DR. P. PÍO M." DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. chocara con la comunista; el Estado de Israel, en con– traste con las naciones árabes del Medio Oriente, y las dos Coreas. La Federación del Africa Central, formada por Nyasa y las dos Rhodesias, aunque fué invitada no acudió. Los fines principales de las potencias promotoras se concretaban en los puntos siguientes: 1) Promover la simpatía y colaboración entre las naciones de Africa y Asia. 2) Discutir los problemas sociales, económicos y cul– turales de los países representados. B) Examinar en común los problemas inherentes a la soberanía nacional, a la colonización y a las rela– ciones raciales. 4) Discutir acerca de los medios con los cuales los pueblos de Africa pueden promover la paz mundial y la cooperación internacional (1). En el Congreso de Bandung los pueblos de Africa y de Asia han manifestado claramente las tendencias anti– colonialistas y nacionalistas. Aspiran a la autarquía com– pleta. No quieren dominaciones extranjeras. A.frica para los africanos y r1sia pc,ra los asiáticos. Lo peor no será una independencia, quizá prematura para algunas regiones, sino la penetración de ideologías falsas de comunismo materialista o de exclusivismo mi– sionero. La Iglesia no puede mirar con indiferencia las nue– vas corrientes anticatólicas que se van extendiendo por esas inmensas latitudes donde se desarrolla la acción misionera. (1) Cfr. Prrno G1rnooo, ll Risveglio dei Popoli di colore, pág. 4, ll!ilún, 1!)56.