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EL LIBllO DEL ;\!ISlONER0, 0 -SU ACTU.H:IÓN . I.PU! n t'JLIC.~ 175 de habitantes de diversas razas y lenguas, se declaraba independiente y constituía su capital en Jokj akarta, si– tuada en la parte central de JaYa. Holanda, nación misionera por excelencia, ha orga– Hizado óptimamente las misiones en aquellos territorios, y el catolicismo ofrece una consoladora esperanza si le dejan libertad de acción. Las relaciones diplomáticas entre la joven República y el Vaticano han seguido un ritmo rápido de aproximación. El Presidente Sukarno, el (3 de abril de 1D50, aceptaba las credenciales del In– ternuncio Apostólico, l\Ions. Jonghe el' Ardoye, y decla– raba: "Sabemos que el trabajo y la actividad de la Igle– sia católica han causado un gran progreso. Para el porvenir esta activi<lad será garantizada a norma de los principios llamados Pantjasila, las cinco bases sobre las cuales se ha fundado el Estado: Creencia en Dios, Liber– tad, Soberanía, Justicia y Democracia. Antes de pasar un mes, el 1 de mayo de Hl50, el Ministro plenipoten– ciario de Indonesia, cxePlentísimo sefior Sukardio \Vir– jopranoto, presentaba las credenciales al Papa (19). Esto no obstante, en la prúctica la situación real no es tan satisfactoria (20). Se opone mucha resistencia al ingreso en la Répúhlica a los misioneros extranjeros, con la excusa o pretexto de que no hay necesidad de personal (21). La Jerarquía ha declarado lo contrario. Los Ordinarios, en la Conferencia de l\Ialany en Hl5c!, confirmaron a los Institutos que tienen misiones en la (19) Cfr. Gentes, mayo de 1\l61, 1üg. 84f>. (20) Cfr. P. GREGomus, O. F. M, Cap., Die lwtholiscl1en llissionen in Indonesim (1940-1947), en Sc11c Zeilschrift f. 1\Jissions, 1947, pá– ginas. 206-15. (21) Cfr. P. GnEGORll.'S, O. F. l\I. Cap., Rcligionsfreiheit in Indo· nesien?, ibídem, 1!'54, págs. 2:-!0-231.

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