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EL LIBRO DEL MISIONERO.-SU ACTUACIÓN APOSTÓLICA 167 Bélgica, en su Colonia del Congo y en sus protecto– rados de Ruanda y Urundi, realmente se preocupa de promover los intereses de los indígenas; pero, a pesar de la buena administración y del benigno tratamiento, no tardará en manifestarse la aspiración y el conato de completa independencia. No obstante la libertad de que gozan los países que están bajo la tutela británica, se n0tan movimientos na– cionalistas de una violencia trágica. Recordemos la re– ciente secta llamada Mau-Mau en el Kenya, que mani– fiesta un odio terrible contra los blancos. En realidad de verdad, parece que aquí no se trata sólo de una in– dependencia racial; los hechos terribles que se van re– pitiendo hacen sospechar que se trate de un movimiento pagano suscitado y organizado para fines comunistas. En el Kenya es suficiente nombrar a Jomo Kenyatta, figura típica del nueve jefe. Pues bien; esta ardiente flecha del Kenya salió de las escuelas europeas imbuí– do de una ideología totalmente comunista (:3). Este ca– rácter comunista se manifiesta en algunas de sus ex– presiones como las siguientes: "De la iglesia haremos una sala de baile", "Me hasta vivir bien aquí en la tie– rra", y otras semejantes, de índole materialista. El mé– todo de ganar adeptos es también semejante al método celular de los comunistas ( 0 1). El juramento del Illau– Mau es substancialmente fetichista y el rito que ac01n– paña a la iniciación es una 1nagia grosera (5). Este movimiento pagano y comunista es, ciertamen- (3) Cfr. BERNARDO BERNARDI, Il movimento llfazi-Mau, en Clero e Missfoni, 1954-, núm. 2, pág. 85. (4) Ibídem págs. 86-87. (5) Cfr. E. PELLEGHINo, S. J,, ll llfau-llfau non si arrende, en Gentes, marzo de 1954, pág. 815.

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