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CAPÍTULO XX EL COMUNISMO MA.TERIA.LISTil El Pontífice Pío XI, en su encíclica Divini Redemp– toris, marzo de Hl:37, contra el comunismo, decía: "Es– tamos asistiendo, por primera vez en la Historia, a una lucha fríamente calculada y cuidadosamente organiza– da del hombre contra todo lo que es divino. La difusión tan rápida de las ideas comunistas, que se van infil– trando en todos los países, se explica con una propa– ganda verdaderamente diabólica, cual quizá el mundo jamás la ha contemplado; propaganda dirigida por un solo centro, y que se adapta habilísimamente a las con– diciones de los diversos países" (1). La propaganda comunista se ha difundido también por los países de misiones, despertando el odio a los misioneros extranJeros, que llevan, como ellos dicen, el opio de la religión a los pueblos para más fácilmente dominarlos. El comunismo se muestra un adversario acé– rrimo del catolicismo en todos los países que sufren bajo su pesado yugo. Setecientos ochenta y cuatro millones de hombres que viven detrás de la cortina de acero o de bambú, oprimidos por una minoría podero- (1) Cfr. A1tS., 1937, t. XXIX, púg. 74. 11