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EL LIBRO DEL MISIONERO.--su ACTUACIÓN APOSTÓLICA 157 mente alarmante y doloroso. Es cierto que no hace pro– testantes convencidos, sino más bien indiferentes y des– orientados, que no saben en qu{, creen; pero eso mismo constituye ya un peligro enorme" (22). Es precisamente en las regiones cuyo campo de acción es mús amplio y la población mús numerosa donde los resultados son más alarmantes, como en las poblaciones de la India y de la China, en c1ue el protestantismo causa mayores estragos. Pastores, diac0nüms, médicos, auxiliares, maes– tros, catequfatas, trahaj an con ardor: construyen, via– jan, catequizan, predican, escriben, enseñan y se agitan sin cesar por extender sus dominios y ocupar las mejo– l'CS posiciones estratégicas. IY. Dc1ectos en el aposlolado.-Muchos y muy esen– ciales son los que ticne11 las misiones y misioneros pro– leslantPs; a éstos ks falta la verdadera vocación y lla– mamiento diYino, el <'spíritu d<' s,1crifieio y la santidad de vida. Sus fines proselitistas son mús hien lucrativos, rnatcrinks y nacionalistas que sobrenaturales. No pro– pagan la verdadera palabra de Dios, sino la Biblia con sus adulteraciones; no crean organismos jerárquicos, sino a¡{lorncracioncs sin unidad. Numquid diuiszzs est C/zrislus? En GHS conYcrsioncs rnús lmsean el número que la calidad; d aumento de cifras, que formar sólidos cris– tümos (2:}). (22) Obssernalore RfJmano, 17 de fdll"ero de 1!)26. El que desee mús noticias snhre las misiones protestantes puede consultar al P. ~l.-1.N– ,;A, La corwersiún del mzrn,/o inlz'el, púgs. ();, y ,,igs.; HILARIÚN GIL, La hora de Dios (Bnrgos, rn2;n; H.,ECE, El ¡,ro/cs/anlismo y las mi– siones en número extraordinario de El Siglo de las Jfisiones, diciem– bre de 1\l2U. (2,l) \'alga este testimonio, que PS muy expresivo. El The Chi– nese Recorder (vrotestantc), del mes de enero de 1918, pedía ora-

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