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156 DR. P. Pio M." DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. dos de la cultura humana: Universidades, Colegios su– periores, Escuelas magistrales, elementales, de agricul– tura, de artes y oficios. Una de las cosas que más apre– cian es la educación de los jóvenes indígenas, los cuales más tarde les ayudarán, como ministros o como auxilia– res, en la evangelización del país. b) Las obras de beneficencia comprenden hospita– les, orfanatos, asilos, leproserías, etc. El personal feme– nino desempeña un gran papel en estas actividades. Los protestantes tienden también a nacionalizar las Iglesias, estableciendo nuevas sectas indígenas en las regiones. De este modo logran una gran unión de coope– ración administrativa, que ayuda mucho a los cristianos para ejercer influencia en el país. Los misioneros protestantes pueden emprender y rea– lizar todas esas obras de educación, beneficencia y ci– vilización con mayor eficacia que los misioneros católi– cos por los cuantiosos auxilios económicos que reciben. Si bien las misiones protestantes no dan los frutos permanentes de las wisiones católicas, sin embargo, el trabajo, la organización y la generosa cooperación de nuestros Hermanos Separados nos deben servir de es– tímulo para esforzarnos a ocupar antes que ellos el cam– po a fin de que el mundo reciba la doctrina católica y entre en la única Iglesia verdadera fundada por Jesu– eristo, Salvador de toda la humanidad. III. El peligro protestante.-Las indicaciones que acabamos de hacer nos persuaden con cuánta razón se lamentaba el Pontífice Pío XI cuando, en 1926, dijo a los· predicadores cuaresmales de Homa : "La propagan– da protestante se presenta bajo un aspecto verdadera-
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