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EL LIBRO DEL MISION1.mo. -su ACTUACIÓN APOSTÓLICA 155 ciben buenos sueldos y disponen de medios para rea– lizar grandes empresas misioneras. II. Métodos <le evangclización.-Es muy difícil cla– sificar los 1nétodos misioneros protestantes, a causa de la pluralidad de sectas, de doctrinas y de tendencias. Unos se ocupan en propagar el Evangelio puro; otros aspiran a la espiritualización integral de la vida huma– na, importándoles poco las religiones; hay otros que se mueven por la compasión de los paganos, a los cua– les no ha llegado todavía la civilización occidental; pero todos, más o menos, tienden vagamente a instaurar la civilización cristiana (21). En la pluralidad de tendencias, motivos y adaptacio– nes podemos deterrninar dos métodos principales, la evangelización y las obras sociales. 1) La evangelización comprende la predicación y difusión de la literatura cristiana. En la instrucción los protestantes se sirven mucho de los catequistas indí– genas. En algunas misiones se da mucha importancia al catecumenado y exigen largo tiempo antes de adminis– trar el bautismo; mientras que en otras, sobre todo en las conversiones numerosas, suelen ahreviar demasiado, como sucede en algunas regiones de A.frica y de la India. Para la difusión de la literatura cristiana existen socie– clades que se ocupan en distribuir lihros, oraciones, himnos y Biblias en las lenguas indígenas. 2) Las obras sociales son muy numerosas y, en ge– neral, bien organizadas. Las podemos reducir a dos cla– ses: las obras ele educación y de beneficencia. a) Las obras de educación abrazan todos los gra- (21) CHAMPAGNE, ob. cit., pág. 819.