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140 DR. P. pfo M.• DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. revista de ciencia misional. Antes de la primera guerra mundial disponía ya de 230 misioneros europeos orde– nados, siete médicos, ,!O mujeres auxiliares, más otros 98 ayudantes. Las zonas más importantes del trabajo eran el Camerún y Togo; ahora trabajan también en China, Borneo meridional y Borneo septentrional bri– tánico. En 1824 se formó la Comunidad Misionera Berlinesa, de la cual salió un buen número de misioneros que se pusieron a disposición de las Comunidades inglesas. Al empezar el año 1914 tenía 184 colaboradores europeos y 1.219 indígenas en Africa oriental y otros lugares; ac– tualmente trabajan entre los zulúcs de Africa meridional y en China. En 1828 se estableció la Comunidad Misio– nera de Renania, la cual, en 19H, tenía 224 colabora– dores europeos y 1.5"10 indígenas, cuyos campos de ac– ción eran Africa alemana sudoriental, Sumatra, Borneo, China y Nueva Guinea. Sucesivamente fueron formándose otras Comunida– des misioneras, como la Septentrional-Tudesca o de Hamburgo y Bremen (1836), le de Dresde (1836), trasla– dada después a Leipzig, y la Berlinesa, llamada Ber– lín H; la de Herrmannshurg (1849), la de Neukirchen (1882), la Comunidad universal m.isionera evangélica– protestante (1884). Otras muchas Comunidades misio– neras, con carácter universal o limitado, surgieron entre los protestantes alemanes, las cuales suelen disponer de órganos literarios más ·o menos numerosos. El extraor– dinario número de Comunidades m.isioneras que traba– jan en diversos países de rnisiones con personal europeo e indígena demuestra claramente el movimiento misio– nero entre los protestantes de lengua alemana.

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