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EL LIBRO DEL MISIONERO.-SU ACTUACIÓN APOSTÓLICA 137 La primera debía proveer de libros religiosos a los ingleses de la patria y de las colonias; la segunda, en– viar ministros y maestros a las colonias. El fundador de los cuáqueros, Jorge Fox (1624-1691), en 1661 envió al– gunos secuaces a China; e1 pastor puritano G. Eliot (1604,-16D0) se dedicó a la conversión de los indios de Massachussets; entre los calvinistas holandeses se en– cuentra tamhién algún esfoerzo; así, por ejemplo, la Dutch East India Company intervino en 1622 en la fun– dación del Semiuarium Imlicum, que debía proveer de ministros a las colonias de la Compañía. En Alemania el jefe dt'l movimiento misionero fué .Tacoh Spcncer (1635-1705), que defendió la obligación de las misiones en sus sermones predicados en Francfort, Dresde, Ber– lín, etc. Además, Spencer influyó literariamente desper– tando las ideas misioneras en el conocido filósofo Leib– niz, que tenía correspondencia con los misioneros de China. Un verdadero h<'cho misionero akmún fué la formación de la llamada Misión danesa. Federico IV, Rey de Dinamarca, deseaba misioneros para la India oriental danesa, y para esto confió al pedagogo Augusto Hermann Francke escoger y preparar a los misioneros. Los dos primeros enviados a las colonias de la India oriental danesa fueron Bartolomé Ziegenbaig (1683- 1719) y Enrique Pleutschau, pero esta misión no tuvo notable éxito. Fué discípulo del pietista Francke el conde Nicolús críticamente esta cuestión en la segunda parte de su tesis doctoral: Il Raisons internes (doctrinales) de la negation ou de l'affirmation de l'idée missionaire dans l,e protestantisme du XVI, XVII et XVIII siecle. Ms. fol. 307-608 (Roma, 1939-40). Biblioteca de Propaganda Fid~.
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