BCCCAP00000000000000000000632

PRIMERA PARTE LOS OPERARIOS EVANGELICOS En la primera parte consideraremos a los misioneros que, con vocación deddid~t y bien formados en la virlud y en la denria, parten para los territorios de misiones que la Providencia y la obediencia de sus Prelados les han designado. Llegando a la tierra prometida se in– cardinan allí para trabajar a las órdenes de sus nuevos superiores cclcsiúslico-, y regulares. Es necesaria una aclimatación al ambiente y a las costumbres. En los prin– cipios de su actividad apostólica, para ejercer con acier– to su ministerio pastoral, es conveniente que se pongan bajo la dirección de misioneros ya experimentados. Se trata, después, de la conducta que ha de observar el misionero en el ejercicio pastoral y cómo debe tratar a las gentes y las virtudes que ha de practicar. El misionero no debe trabajar al azar sin norte fijo y sin saber a qué deben dirigirse sus esfuerzos. Indica– rnos, por tanto, las finalidades principales que debe te– ner en su apostolado, que son la gloria de Dios, 1a sal– vación de las almas y la plantación o establecimiento de la Iglesia.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz