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EL LIBRO DEL MISIONERO.-SU ACTUACIÓN APOSTÓLICA 113 nera los misioneros católicos se harán respetar, estimar y tendrán abiertas las puertas para penetrar en las ele– vadas categorías con no poco provecho y beneficio del catolicismo. 3. La prensa.- H.oy más que nunca es necesaria la prensa católica en los territorios de misiones. Donde no Hega la palahrn. hablada y viva pnede llegar la escrita. Se necesitan libros en lengua vulgar que traten de Filosofía, de Teología, de Moral, de Historia, de Reli– gión, de la Sagrada Escritura y de otros asuntos que tienden a la formación y a la elevada cultura del cris– tiano. Por los libros se da a conocer la verdad. Del mismo modo son necesarias las revistas, los pe– riódicos y toda clase de prensa frecuente y menuda pre– sentada al alcance de personas a las cuales se dirige. Se requiere una doctrina sólida, ilustrada, presenta– da con criterio literario y gusto estético; de tal modo que se haga amena y atractiva. La prensa católica tam– poco debe olvidar las producciones científicas en el cam– po de la Geografía, de la Geología, Etnología, Zoología, Sociología y otras cieneias siempre útiles al saber hu– mano. Los misioneros y educadores católicos deben aspirar a poder componer los textos de escuela, los cua– les ejercen un gran influjo sobre los alumnos. 4. El arte imlígena.-El arte es una de las bellas manifestaciones del genio humano. El misionero debe ser respetuoso con el patrimonio ariístico de los pue– blos. Lo bueno, lo bello, lo recto que se encuentre en los respectivos países debe conservarse. Lo que se debe hacer es perfeccionar, elevar y cristianizar. La Iglesia ha sabido utilizar el arte pagano para el