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EL LIBRO DEL MISIONERO.-SU ACTUACIÓN APOSTÓLICA 109 de los seglares a través de los siglos de la Iglesia, ter– mina con estas palabras: "Ahora bien, la condición de la Iglesia primitiva se refleja todavía hoy en muchas partes de tierras de misión, o, por lo menos, tienen que hacer frente a las mismas necesidades a las que debían proveer los cristianos en los siglos que siguieron a las persecuciones. Por eso es absolutamente necesario que en las misiones los seglares, afluyendo en grandísimo número a las filas de la Acción Católica, colaboren ac– tivamente con la Jerarquía eclesiústica en el apostolado. Bien ayudan los catequistas, pero no menos favorece la acción gratuita prestada por aquellos cristianos que, animados únicamente por la caridad divina, ayudan a los sacerdotes en su ministerio. Por eso recomendamos vivamente las asociaciones católicas masculinas y feme– ninas, los círculos de estudiantes, obreros, deportivos y otras uniones de este género que puedan llamarse las fuerzas auxiliares de los misioneros. Al constituirlos y promoverlos u~ngase en cuenta más la virtud y el celo que el número" (5). Con la colaboración de la Acción Católica el apos– tolado sacerdotal podrú desenvolverse con mayor exten– sión e intensidad. El sacerdote po<lrú ocuparse con más tiempo y provecho en las funciones y ministerios que son estrictamente sacerdotales por razón de or<len o de jurisdicción. 7. Otras 1lsociaciones.-Para conservar siempre vivo el espíritu cristiano será conveniente que en los territo– rios misioneros se establezcan también, corn.o en los paí– ses católicos. Asociaciones de índole religiosa, instructiva, (5) Cfr. A.4S., 1951, t. 43, págs. 51:l y sigs.

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