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106 ___ _E.~_P. PÍO M.ª DE MONDREGANES, O. F: M_._C_'A_P_.____ días de nacer y después se van instruyendo en la doc– trina cristiana. Es deber propio y gravísimo, especial– mente de los pastores de almas, la instrucción catequís– tica del pueblo cristiano (;3). El sistema de catecumcnado en algunas regiones de Afriea, China e India ha dado óptimos resultados. Las prescripciones del Cardenal Lavigerie, fundador de la Sociedad de los l\Iisioneros de A.frica, son muy acerta– das y conformes con las instrucciones de Propaganda Fide. Para esta obra de instrucción y preparación será uti– lísimo servirse de catequistas, hermanos legos, religio– sas, educadores y misioneros seglares que estén bien instruídos en la doctrina cristiana y sean capaces de co– nmnicarla. Es claro que debe ser vigilada y examinada por los misioneros sacerdotes haj o la Yigilancia y de– pendencia de los Prelados locales (,1). G. Predirnción.----El divino 1\Iaestro dijo a los Após– toles: Id y preclicacl a toda criatura. La predicación ha sido en todos tiempos el medio ordinario de anunciar el EYangelio. A los misioneros se les llama Euangelii Praccones. Con la predicación se comunican las Yerda– des a todas las categorías de personas: a los humildes, a los ricos, a los sabios y poderosos, a los malos y a los buenos, a los católicos y no católicos. Los modos de exponer la doctrina reYelada son mu– chos. Por tanto, la predicación puede ser catequética, h·,milética, apologética, polémica, dogmática, moral, pa– rcnética. Con todos los géneros de predicación que exis- (3) Can. 1329. (4) Cfr. S. PAVENTI, llfanuale di Missionología, vágs. 388-393.

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