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104 DR. P. PÍO M." DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. 3. Los sacramentos.-Los sacramentos confieren la gracia ex opere operalo, es decir, por su propia virtud, independientemente del sujeto, con tal que no ponga óbice a la gracia (2). Pero no hay que perder de vista que al efecto ex opere operato en la recepción de los sacramentos se une también el efecto ex: opere operan– tis. Cuanto mayores sean las disposiciones del recipiente serán también mayores las gracias. Por el sacramento del Bautismo se entra en la Iglesia visible y se perdonan los pecados original y personales. El sacramento de la Confirmación arma caballeros de Cristo y da fortaleza. El sacramento de la Penitencia perdona los pecados personales, da o aumenta la gracia santificante. La Eucaristía nos alimenta espiritualmente con el cuerpo y sangre de Jesucristo. La Extremaunción da salud si conviene y puede también perdonar los pe– cados per accidens y causa otros efectos saludables. El sacramento del Orden sagrado consagra sacerdotes y mi– nistros de Cristo. El matrimonio confiere la gracia de estado a los cónyuges para que críen hijos para el cielo. Conviene que el misionero, según las circunstancias, explique todos y cada uno de los sacramentos; las con– diciones que se requieren para recibirlos válida y líci– tamente; los efectos que causan en el alma; el carácter que imprimen y todas las demás cosas útiles al cristiano instruido. Los sacramentos son medios de vida cristiana, sobre todo la confesión y la comunión, que se pueden repetir con frecuencia. La comunión cotidiana, tan recomen– dada por los últimos Pontífices después de San Pío X, (2) Cfr. Di,Nz,, 851.

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