BCCCAP00000000000000000000632
98 DR. P. PÍO M.ª DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. única, universal, perenne, infalible, santa, apostólica y romana. Esa Iglesia es la depositaria de mis tesoros ine– fables; de las riquezas de mi Pasión; de la doctrina sana que ilumina a todo hombre que viene a este mundo; del agua cristalina que brota hasta la vida eterna. Por esa sociedad, que se llama Iglesia, Yo soy Rey universal y ejerzo todas mis funciones como Soberano Unico y Supremo. Jesucristo transmitió todos sus poderes y su misión a los Apóstoles y sucesores y les dijo: Id por todo el mundo y pr':?-clicad a toda criatura (2). Les manda pre– dicar la fe, instituir, extender, establecer y consolidar su reino por todo el mundo hasta la consumación de los siglos. Los Apóstoles cumplen con la misión del divino l\Iaestro; constituyen la Iglesia con su sangre; dilatan su reino por todas las partes de la tierra conocida; nom– bran sucesores para que continúen su misión. La Iglesia, durante los siglos de su existencia, ha sido combatida por toda clase de enemigos; pero ha resis– tido a todas las persecuciones. Las puertas del infierno no han prevalecido ni podrán prevalecer contra ese rei– no fundado sobre roca firme e indestructible. Esa Iglesia combatida y perseguida ha llegado hasta nosotros, nos ha recibido en su seno, nos ha alimentado con su doctrina y con su gracia; nos ha regenerado y nos ha hecho hijos de Dios, hermanos en Cristo, cohe– rederos de su reino. Somos miembros de ese cuerpo l\Iístico, cuya Cabeza es el mismo Cristo. Es necesario que ese Cuerpo Mís– tico crezca, se desarrolle, se multiplique hasta que lle- (2) 1Lrnc., XVI, 15.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz