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60 NUEVO TESTAl\IENTO. · LOS IU:CHOS Dic LOS APOSTOLJ•:S 61. Bautismo de Cornelio el Centurión.---Terminada la pPr– secución de las Iglesias O(' Judea, d<· 1,alilea y de Samaría, San Pedro, romo Pastor Supremo dt• la mH.'Va grey, las visitaha y ponía en orden todas las cosas. "Suce<li6 que a un hombre <le Ce,area, por nnmhre 1.c,rnelio, Centuri6n d<· la cohorte llamada Itfilica, se lE' aparPd6 un finge! y Jp ordenó que Pnviara Jc,~ados a Jope para llamar a Sim6n por ,,ol1n•nnmbre Pedro. Este, estando en onid6n, tuvo una visiéin en la cual SP le rPprpsentó un granrle lienzo atado por los cuatro extremos, que bajaba d<'I d<'lo a la tinra. En r·l se contenía toda rlase de cuadn'ipt>dos, dP reptiles y de avps. Y nyó una que decía : I'Pdrn, lf'vántate, mata y comi,. Respondió PPdro : Lejos ,¡p mí tal cosa, Ser1or, porgue nunca comí lo cnmt'in e inmundo. Y otra n•2 escuch6 la vnz quP le dijo : Lo qtw Dios ha purificado, tt'i no puPdPs llamar rnmi'm e in– mundo. En PI mismo monwnlo llf'gan los en-,i:¡¡foc; de Cornelio y Jr, expom·n su comisión, y Dios le <lió a entf'nder el si,;nificado dP la visi6n. Marrha al si:.¿uif'nte día a Cesarea, llega a la casa dP CornPlio v Pxplican mutuarnent,• las , isiones que habían tenido. San Pedro conocP que Dios np rs acf:'ptador dt> personas, sino que todo el que lr, tf:'nw y ama la justicia le es acepto. Evafü;f'– liz6 a Cornelio y a todos los que allí habían rnncurrido, hizo gu¡, sp bautizarnn Y descPndi6 sohri, ellos el Espíritu Santo, v se ale§;rnron por la misericordia quP Dios había obrado en ellos. San Pedro va !uP,;O a J¡,rusalén, v, n•prf'n– dií·ndolP algunos de In que había hecho con los gPnti!Ps, fos expnne cuant<, había ocurrido, aprueban su modo df' prncf'der y glorifican al SPñor.,, (6). En este hecho se ve expresamente la yo]untad de Dios de evan– gelizar a los gentiles, y queda ya oficialmente iniciada su con– vnsión por cl Príncipe de la Iglesia. 62. Concilio de los Apóstoles.~-No acabándose de convencer los judíos que también los g,•ntiles f'Stahan llamados a los bene– ficios de la fe, se oponían a su entrada en la Iglesia, o, por lo menos, les exigían la circuncisión y la observancia de otros pre– reptas legales. Los Apóstoles se reunieron en Concilio en la riudad de Jerusalén -el primero que hubo en la Iglesia- para n·solver oficial y definitivamente la cuestión. Habló San Pedro, como Cabeza suprema de la Iglesia, y Santiago, Obispo de Jeru– salén, defendifmdo que no estaban, ni judíos ni paganos, obliga– dos a la circuncisión, ni a otros preceptos de la Ley de Moisés (7). El Evangelio de Jesucristo había de regir en lo futuro a la na– ciente Iglesia y esta doctrina habían de predicar los futuros mi– sioneros de todos los tiempos. (6) Act., cap. IX y XI. (7) Act., cap. XV.

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