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42 ANTIGUO TESTAMENTO, - PROFETAS rlades, enseñanzac;, Pxhnrtaciones, ronsejos, sentencias y principios son apli– ,·ahles a todos los hombres creados por Dios N, S. Su bondad, su miseri– <'.ordia, su justicia v su providencia ,e extienden a todas las razas, a todos In.a pueblos, a todos los hombres, cuyo fin ps el serdcio de Dios en el tiempo _,- su posesión en la eternidad. Pablo Heinisch ha hecho algunas breves indicaciones sobre el particular, pero no creemos oportuno detenernos en ellas. § IJI,-Profetas (1) 33. En dos verdades religin,;as se apoyan principalmente las profecías: en el jah1•ismn y ,'n el mesia,nismo; ei primero lo en– cuPntran en 1\Ioisés, el segundo lo crrni- rnplan en Cristo. Los profetas fundados en el jalwismo rech:izan la idnbtría, las su– persticiones, Jac; comunicaciones cnn los g·entiles; atraí– rlos e iluminndos por el mesianismo predican " pn'd¡cen el uni– ,-ersalismo de su futuro reino en la Nueva Alianza. El reino de J ahvé v el reino dPl ~J esías son 11niw•rsales. El primero es uni– Yersal, porque d Dios verdadero v ünicn es el Creador del uni– verso, Señor de todos los hombres y rle todos los pueblos, de cuyo dominio s11premo ninv,uno puede Pximirse. El segundo es uni– vnsal, porque su misión, su redrnción v su Iglesia se extenderán a todas bs gé'.ntes y a todoc; los tiempo,;, El rr·ino de J:1h-vé es fun– damento y preparación para el reino del que será su co– rona. El primero es universal de jure: v se hará universal de facto, sólo por la fundación y propa¡ración del segundo, es decir, del reino mesiánico. Los profetas en una forma u otra no cesan de clamar que el reino mesiánico no se limitar/1 a la nación _iudía, pasará sus fronteras; establec,·rá alianza rle paz, de justicia y de misericordia en todos los pueblos de la tiPrrn ; no habrá distin– ción entre judíos y gentiles; todos seremos siíbditos del l\1esías anunciado por tantos oráculos proféticos. Estos enviados extra– ordinarios se esforzaban en conservar viva la m(~moria en las pro– mesas acerca drl 11esías, haciendo ver que toda fr, esperanza y felicidad debía cifrarse en el prometido Redentor. Por esto decía (20) PAUL HEINISCH, Die Idee der Ileider,bc/.;f'hrung im A.lten Testament, p. 74-77, Münster in Westf°' 1916. (1) Cfr. P. HEINISCH, Díe Idee der Heidenbekehrung bei den vorexilischen Schriftpropheten, en Zeitschr. f ..lfissíonswiss, 1914, t. IV, p. 81-106.