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40 ANTIGUO TESTAMENTO. - LIBROS DIDACTICOS § II.--Libros didácticos 31. Los salmos.-En los salmos se encuentran muchas ideas misionales. El Real Profrta David es el divino cantor del A. T. que nos habla proféticamente de Cristo tnultifariam multisquc mo– dis (1). Al decir dr San Ambrosio, es 7•ox Ecclesiac, fidi.:i. canora confessio (2), y San Jerónimo escribe: «David Simonides noster, Pindarus et Alcaeus, Flaccus quoque, Catullus et Serenus, Christurn lyra personal (3). U nas veCl'S habla de la religión uni– versalista, otras del reino de Dios, del triunfo del Mesías y de su dominación universal (4). Tanto es verdad que algunos Padres consideraban como mesiánicos todos o casi todos los salmos; sin embargo, un buen número de t'llos lo son ciertamente, al menos en algún sentido. En el Nuevo Testamento se citan velll– ticuatro, a saber: 2, 8, 15, 17, 18, 21, 24, 30, 34, 39, 40, 44, 67, 68, 71, 86, 90, 96, 101, 108, 109, 116, 117 y 121. La Iglesü1 y los Santos Padres añaden todavía otros. Algunos son directa– mente mesiánicos, porque en el sentido literal no puedPn tener otra interpretación. TalPs son, por ejt>mplo, los salmos siguien– tes: 2 (5), 15 (6), 21 (7), 44 (8), 71, 109, etc. Otros son mesiánicos en sentido típico o figurado; v. gr., los salmos 86, 117, 68 (9), 108 (10), etc. Otros, finalmtcnte, lo son en sentido eminente, como el salmo 8. Parn conocer cuides salmos sean mesiánicos se debe atender a los testimonios drl Nuevo Testamento, al consentimien– to de la Iglesia y de los Padres (11). No siendo posible ni oportuno examinar aquí las ideas misio– nales que se contienen en todos y cada uno de los salmos, citare– mos solamente algunos pocos textos por vía de ejemplo. Ya en el segundo salmo nos presenta David la eterna generación del Mesías, su victoria sohre los reyes del mundo y la universalidad de su reino. Ego hodic genui te. Post1ila a me, et daba tibi gentes (1) Hebr., I, l. (2) S. A~rnn., Enarrat. in Ps., P. L., t. XIV, C'ül. !168. (3) Epist. ad Paulin., 53, 7. P. L., t. XXII, col. 547. (4) Cfr. A. V1TT1, S. J., Il Salterio e l'apostolato missionar!o, en Teología e Missioni, p. 245-262, Roma, 1943. (5) Act., IV, 25; XIII, 33; Ilebr., I, 5. (6) Act., II, 25, 31; XIII, 35. (7) Matth., XXVII, 46. (8) Hebr., I, 8. (9) Joann., II, 17; XV, 25; Rom., 9, 10; XV, 3; Act., I, 20. (10) Act.. I, 20. (11) ('fr. MAnco :M. SALES, O. P., I,a Sacra Biblia rommentata. Vecchfo Testa– mento. Vol. V. Il I,ibro dei Salmi, Introd., p. 11-12, Torino, 1938.

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