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fi08 DEL SHINTOISMO p. 179-206, Torino, 1934.-G. Rosli:NKR\NZ: Die religiose Lage in der Ge– genwart, Rerlin-Steglitz, 1939. Scintuismo, en Cuida delle Jfiss. Catt., p. 619-620. 677. El Japón, de poco más de medio siglo a esta parte, ha progresado tan extraordinariamente en el orden intelectual y ma– terial, que no se encuentra ejemplo precedente en la historia de las humanas civilizaciones. No ha sucedido así en materia de religión, apegado todavía a sus antiguas tradiciones. Su estudio t'S difícil y complicado, por el sincretismo singular de doctrinas y por la mezcla de mitos, fábulas, historia y política ... que pre– st•nt.t. Indicaremos algunos puntos más salientes. a) La religión primitiva y oficial t'S el shintoísrno, que viene de la palabra Shinto (vía de los dioses). i\It·zclado con el Shinto está el Butsiido (vía de Buda). El shintoísrno y el budismo, a pesar de sus divergencias, se han fusionado de tal manera entre las familias japonesas, que sería prácticamente imposible dividir la población en budistas y shintoístas. En muchas casas tienen un altar a Shinto y otro a Buda, y dirigen sus oraciones tanto a los Kam,1, n dioses del Shinto, corno a los H otoke, o dioses del budismo. b) Los mitos enseñan el origen divino de los soberanos o Mikados dt'! Japón, del cual emana todo poder y dignidad. La prehistoria de la casa imperial se enlaza estrechamente con el mito dt· la génesis de los dioses. Para los shintoístas todo está divi– nizado, el cielo y la tierra con todos sus elementos. Amaterasu, diosa del sol y soberana del cielo, es la principal divinidad y la augusta madrE' de la dinastía irnpprial. A las divinidades se les denomina comünmente Kami, que designa lo que está sobre, lo más alto. Distinguen dos categorías: lns dioses de la naturaleza y los dioses de los hombres. Los pri– meros son personificaciones de las fu~rzas naturales o de obje– tos, como la luz, el fuego, los ríos, los mares, t-tc. Los segundos son deificaciones de los hombres célebres, de los antepasados y de los héroes de la época mítica. Los dioses del Shinto están lejos de ser figuras nobles e íntegras; tienen las mismas debilidades de los hombres, se multiplican extraordinariamente y el panteón japonés aumenta sin medida. e) El culto se manifiesta en oraciones que dirigen a los dioses del sol, del viento, a la diosa de los alimentos, de la cocina, etc. Los santuarios destinados al culto se llaman Miya y son muy simples en su construcción. En el santuario nacional se honra-

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