BCCCAP00000000000000000000631

24 NOCIONF:S PIUJLII\IINAHF:S. · L\ l'.IHSIONOLO(;IA EN ESPA1'A Don Gerardo Villota, 1rntural de Santoña y canónigo de Burgos, legó su fortuna para la fundaci(ín de un Seminario de Misiones t'.11 Burgos, y en 1919, por indic:1ción del Sumo Pontífice Benedic– to XV, erigíase en la misma capital castellana d nuevo Seminarin de Apóstoles. El Cardenal J. Benlloch, t•ntonces Arzobispo de aquella metropolitana, srcundó los deseos dd PontíficP v d· l tes– tador, y con tal motivo publicó el 3 de diciembre una Carta pasto– ral (93) saturada de unción y de doctrina teológico-misionera, ex– hortando viv,1ment(' a todos los hermanos en el sacenlocio a la coopernción de los grandes ideales misioneros y misionológicos. A partir de est<' tiempo se celebraron Asambleas, Congresos, Semanas misiona\¡ s Pn diversas el iócPsis, Pncendiendo cada vez más el entusiasmo por las misiones. Las Obras Pontificias: Pro– pa¡:;ación de la Fe, Santa Infancia, San Pedro Apóstol, fueron to– mando cada año mayor incremento merced a la propaganda y organización de sus dirertores. Pero donde culminó de manera esplendente el rntusiasmo por las misiones fué en la Ivf agna Ex– posición de Barcelona, desde el 1928 al 1929, coronada con laure– les de gloria en el I Congreso Nacional de Misiones de septiem– bre de 1929, cuyos recuerdos todavía causan en nosotros dulces emociones. Parn recoger los frutos de la Exposicitfo y del Con– greso SE' acorde¡ celebrar la I Semana de J[isiología pn la misma c1udad, del 29 de junio al 5 de julio rJ,, 1930. En ella se procuró dar una orientación científica al mnvimirnto misional y misionero. Se formó la AFEME (Asodacirm para el Fomento de los Es– tudios Misionológicos en España), compuesta de diez entidades, las cualps publicaron artículos de contribución ciPntífica en Illu– minare. Se empez6 a publicar la Bibliotheca.Hispana li[issimrnm, cuyos dos primeros tomos contienen los trabajos presentados en la I Se– mana de Barcelona. Se dieron a luz, después, varios otros volú– menes de importancia por autores competentPs. En muchos Seminarios se establecieron C!itedras de Misiono– logía y se formaron Círculos misionales. Todo auguraba un es– pléndido porvrnir para la ciencia dP las misiones y para la acción misionera, pero los cambios políticos de la nación y la terriblP re– volución dPl 1936 paró el movimiPnto. Pasadas esas tPmpestades sociales y políticas SP ha vuelto, cnn más entusiasmo, a continuar (93) Las Misiones Extranjeras. Inritaci6n Pontífirn a Burgos. Carta pastoral al Clero u fieles, Burgos, 1920. ·

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz